viernes, 18 de junio de 2010

NOTAS 3ª EVALUACIÓN

Hola chicos


Como os dije, pongo las notas aquí para que todos sepáis desde hoy, mismo día en que habéis hecho el último examen, si tenéis que recuperar alguna parte el próximo martes 22 de junio.

ESTAS SON LAS CALIFICACIONES OBTENIDAS en la parte de gramática y en la de traducción(sobre 5 cada una):

Diana de la Cruz: 3'8; 4'5
Bárbara Castellanos: 4'85; 4'7
Carlos del Olmo: 3'2; 0'7
Elena del Olmo: 4'8; 4'9
Miguel García: 4'3; 1
Carmen Hipólito: 4'65, 4'7.
Laura López: 3'45, 0'8
Patricia Pérez : 2'2; 1
Francisco Javier Velasco: 0'85; 0'3.


La mitad de la clase ha hecho un examen muy bueno, sacando en la parte de traducción una nota superior a 4 (sobre 5), lo que indica que su seguimiento del curso es de sobresaliente. En cambio, la otra parte ni siquiera ha logrado sobrepasar el 1 en la traducción, parte en la que se incluyen todos los contenidos de esta evaluación (el examen teórico es una copia de uno de la segunda evaluación). Me veo obligada, muy a mi pesar, a hacer una recuperación de la parte de traducción a todos aquellos que no hayan sacado un mínimo de 2 puntos (Carlos, Patricia, Laura, Miguel y Javier). Ya sé que, de todos vosotros, hay tres personas que han aprobado de sobra la parte teórica, pero ya digo que son contenidos de la segunda evaluación. Para hacer media entre ambas partes, debéis obtener al menos 2 puntos en la traducción (no lo he dicho porque se me ha olvidado).

El nuevo examen no será un texto, serán 5 oraciones individuales (sacadas de los ejercicios de clase) en las que podréis encontrar relativos, participios, ablativos absolutos, pasiva de los tiempos de perfecto, infinitivos y superlativos (todo lo que hemos dado en la 3ª evaluación y que ninguno habéis resuelto bien en el examen de hoy). Si obtenéis al menos un 2, la materia estará aprobada. Os aconsejo que repaséis las oraciones que hemos hecho del libro. Lo siento un montón, de verdad, pero como digo, en esta parte evalúo la tercera evaluación y la nota que habéis sacado es demasiado baja. Si repasáis las frases, seguramente superéis este 2 que os reclamo, y así podréis obtener una nota media superior a 5, que al fin y al cabo repercute mucho en el expediente (contando la actitud y los trabajos del Blog).

Mi más sincera enhorabuena a las chicas que han hecho una traducción de sobresaliente. Estoy muy orgullosa.

La recuperación será el martes a las 11 de la mañana en el aula habitual. Si necesitáis cualquier cosa este fin de semana, para cualquier duda o aclaración, tenéis mi correo electrónico. Os contestaré el mismo día.

viernes, 23 de abril de 2010

THEATRUM

En nuestros días la palabra "teatro", del latín THEATRUM, reúne un conjunto de significados que van desde el edificio o lugar destinado a las representaciones de obras dramáticas hasta el lugar donde una cosa está expuesta a la consideración de la gente, pasando por el arte de componer obras dramáticas, el escenario o escena, el conjunto de obras dramáticas de un autor o, por último, la literatura dramática como género literario.


El teatro es un género literario, ya sea en prosa o en verso, normalmente dialogado, concebido para ser representado; las artes escénicas cubren todo lo relativo a la escritura de la obra teatral, la interpretación, la producción, los vestuarios y escenarios. El término drama viene de la palabra griega que significa "hacer", y por esa razón se asocia normalmente a la idea de acción. En términos generales se entiende por drama una historia que narra los acontecimientos vitales de una serie de personajes. Como el adjetivo dramático indica, las ideas de conflicto, tensión, contraste y emoción se asocian con drama.
El teatro se ha utilizado como complemento de celebraciones religiosas, como medio para divulgar ideas políticas o para difundir propaganda a grandes masas, como entretenimiento y también como arte.

Una representación consta sólo de dos elementos esenciales: actores y público. La representación puede ser mímica o utilizar el lenguaje verbal. Los personajes no tienen por qué ser seres humanos; los títeres o el guiñol han sido muy apreciados a lo largo de la historia, así como otros recursos escénicos. Se puede realzar una representación por medio del vestuario, el maquillaje, los decorados, los accesorios, la iluminación, la música y los efectos especiales. Estos elementos se usan para ayudar a crear una ilusión de lugares, tiempos, personajes diferentes, o para enfatizar una cualidad especial de la representación y diferenciarla de la experiencia cotidiana.

El teatro nació en Atenas, Grecia, entre los siglos V y VI a.C. Allí, los atenienses celebraban los ritos en honor a Dionisio, dios del vino y de la vegetación. Estas primitivas ceremonias rituales irían luego evolucionando hacia el teatro, constituyendo uno de los grandes logros culturales de los griegos. Lo cierto es que este nuevo arte estuvo tan estrechamente asociado a la civilización griega que cada una de las ciudades y colonias más importantes contó con un teatro.








Los teatros se construían en la ladera de una montaña, para poder apreciar la obra representada, a diferencia de los romanos, muchos de los cuales se levantaban en terreno llano y elevaban sus gradas por medio de bóvedas y arcos.
Comparando los teatros griegos con los romanos se observan varias características:
Ningún teatro griego está en terreno llano, debido a que los griegos no sabían construir bóvedas de hormigón, pero sí rellenaban los laterales si era necesario, como en Dodona, Epidauro y sobre todo en Argos, donde prácticamente se ha construido todo el koilon.
La inmensa mayoría de teatros romanos también están respaldados por una colina, ya que la construcción en llano era un lujo reservado para casos necesarios, como los levantados en el Campo de Marte en Roma. Esto no se aplicaba a los anfiteatros, que se construían en cualquier lugar debido a su importancia social.


Tanto los teatros griegos como los romanos constaban de tres partes principales: koilon, orchesta y skené.


Koilon

El koilon era el conjunto de gradas donde se asentaban los espectadores. Ocupaba la ladera de la montaña, y recibió también el nombre de theatron, cuyo significado es "lugar desde el que se mira", que más tarde pasó a referirse a todo la construcción. Tenía forma semicircular y los asientos estaban situados en gradas. Estaba dividido en sectores (kerkís): de forma vertical, por escaleras y en horizontal, por pasillos (diazoma).
Al principio los asientos de las primeras filas estaban hechos de madera, y el resto de la gente se sentaba directamente sobre la tierra; pero alrededor de 499 a. C. se comenzaron a construir líneas de bloques de piedra en la ladera de la colina para crear asientos permanentes y estables, que se fueron haciendo cada vez más comunes; los de la primera fila fueron llamados prohedria, eran de mejor calidad y estaban reservados para los sacerdotes y para los ciudadanos más respetados. Entre el koilon y la orchesta había un murete llamado balteus.


Orchesta

Era la parte más antigua del teatro, y era utilizada por los coros.En los primeros tiempos tenía un altar en el centro, thymile, donde se sacrificaba un cordero en honor del dios Dioniso antes de comenzar la representación. El altar fue disminuyendo de tamaño con el tiempo hasta desaparecer.
Las obras tenían un coro de hasta 50 personas, quienes actuaban acompañadas de flautas Tenía forma circular de hasta 24 metros de diámetro, y estaba situada al pie de la ladera en un lugar aplanado. Cuando se creó la skené, ésta se adentraba en ocasiones en el círculo hasta ocupar un séptimo de su diámetro. En el centro se colocaba una plataforma, aunque no en todos ellos: en Dodona no lo hay, y en Eretria lo que hay es un agujero conectado a un túnel.
La orchesta era en general circular, como en Dodona y Eretria, pero también las había semicirculares, como en el teatro de Epidauro, y a partir del siglo V a. C. algunos teatros también tenían en la orchesta una zona ampliada llamada logeion usada para los discursos.

Skené
Cuando además de coros comenzó a haber un argumento y actores, se construyó la skené. Era una plataforma alargada y estrecha situada junto a la orchesta, en el lado opuesto al koilon. Con el tiempo se elevó cerca de tres metros sobre la orchesta, sostenida por una columnata.
La muerte de un personaje siempre ocurría ob skené, fuera de escena, ya que era inapropiado mostrar una matanza a ojos de la audiencia; de esta expresión deriva la palabra obsceno. En 465 a. C. los dramaturgos comenzaron a usar un telón para estos casos, que colgaba detrás de la skené simulando un decorado, y que también servía a los actores para ocultarse detrás y cambiar de vestuario durante la obra; se convirtió en una pared de ladrillo o piedra en 425 a. C., llamada paraskenia, y desde entonces fue un elemento común en los teatros; consistía en una pared larga proyectada hacia delante por los lados, la cual podía tener puertas para las entradas y salidas de los actores. Justo delante de la paraskenia, entre ella y la orchesta, la skené recibió el nombre de proskenion.
Hacia el final del siglo V a. C., alrededor de la época de la guerra del Peloponeso, la paraskenia tenía dos pisos de altura y fue llamada epskenion.


En la POÉTICA, Aristóteles explica que lo que nosotros llamamos "obra dramática" o " teatro clásico" sería un tipo de arte que emplea a la vez recursos variados (que en otras artes son utilizados específicamente y por separado), como el ritmo, la palabra y la música, con el fin de imitar a personas que realizan acciones. Y todo ello porque de esa imitación el ser humano extrae un placer cuyo gozo es connatural a su carácter, así como también lo es su mero gusto por aprender.
Siguiendo esta definición:
-por el modo o la forma con que se produce esa imitación (se imita a personas que actúan y obran) a este tipo de arte poético se le llama "drama". La unidad de la acción imitada (más que la de un solo personaje), que constituye un todo inseparable, es la que precisamente aporta esa sensación de unidad a la obra teatral.


-por el objeto imitado, las obras teatrales llevan a sus últimas consecuencias los temas elevados y ridículos que fueron ya tratados por Homero en su poesía Épica, género del que en última instancia derivarían y al que superan en finalidad: y así se dividen en:


Tragedias, u obras teatrales que imitan a personas que son moralmente superiores, mejores, con un comportamiento bello que implica acciones temibles y dignas de compasión.


Comedias, u obras teatrales que imitan a personas de inferior calidad, en su aspecto risible como una variante más de lo feo.


-por el medio con que se imita, la Tragedia se compone de seis elementos básicos: el argumento, los caracteres, el lenguaje, el pensamiento, el espectáculo y la música, todo ello bien organizado en un esquema del tipo presentación, nudo y desenlace y distribuido cuantitativamente en prólogo, episodio, éxodo y canto coral (párodo y estásimo).


-por el efecto de la imitación, la acción de la "tragedia" logra una placentera sensación de expurgación o limpieza o catarsis de las pasiones; de ahí su innata grandeza: la poesía es más filosófica que histórica, porque canta lo universal. Sus instrumentos son la compasión hacia la persona que no merece ser desdichada y el temor que sentimos por el que es igual a nosotros.


-finalmente, por sus temas, se observa una evolución en la Tragedia que lleva a los poetas a seleccionarlos entre los que ofrecía la tradición, primero al azar, y más tarde entre un número muy reducido de familias mitológicas.

INTRODUCCIÓN AL TEATRO CLÁSICO

AVE, PUPILOS!!

El pasado dia 20 de abril acudimos a dos representaciones de teatro clásico en Segóbriga, Edipo Rey de Sófocles, de carácter trágico, y El Anfitrión de Plauto, cómico. Esta actividad extraordinaria es muy interesante para cualquier persona interesada en el mundo de la cultura y el espectáculo, pero lo es especialmente para un estudiante de lenguas clásicas, ya que supone un acercamiento a la literatura clásica y a las civilizaciones griega y romana; y un contacto con el escenario real para el cual fueron concebidas las tragedias y comedias clásicas. Contemplásteis los restos de la que un día fue "urbs romana", teniendo así la oportunidad de ver in situ algunos de los contenidos culturales que vamos a trabajar, como es la constitución de las ciudades romanas.

Aprovecharemos esta nueva sesión para que podáis investigar acerca del Teatro Clásico, griego y latino, y sobre las obras que hemos leído en clase y hemos visto representadas.



Nuevamente distribuyo los grupos de trabajo:

1.Elena, Diana y Bárbara: LA TRAGEDIA GRIEGA. Autores y obras destacadas. Estilo y finalidad. El Edipo Rey de Sófocles.

2.Laura, Patricia y Carmen: LA COMEDIA GRIEGA. Autores y obras destacadas. Estilo y finalidad.

3.Carlos: LA TRAGEDIA LATINA. Autores y obras destacadas. Estilo y finalidad.

4.Javier y Miguel. LA COMEDIA LATINA. Autores y obras destacadas. Estilo y finalidad. El Anfitrión de Plauto.

En la siguiente entrada haré una breve introducción al teatro clásico, haciendo referencia a sus orígenes, concepción y perviviencia en la literatura posterior.

Os animo a que en esta entrada comentéis lo que creáis oportuno acerca de la actividad que desde el Departamento de Clásicas os hemos ofrecido, compartiendo impresiones como espectadores. Ya sabéis que yo me quedé muy impresionada con el trabajo realizado por el grupo Kómos de Valencia, sin menospreciar por supuesto el llevado a cabo por la compañía In albis.

Aquí os dejo algunos vídeos e información encontrada.

http://www.youtube.com/watch?v=Y7K6dlyty50 (vídeo sobre la apertura al festival de Teatro Clásico de Segóbriga, día 20 de abril de 2010).

A continuación, os ofrezco el visionado de una entrevista realizada al grupo Kómos por la Televisión Valenciana.







Para terminar, os dejo la página web del grupo Kómos,a la que podéis acceder para tener un seguimiento de su trayectoria como compañía teatral: http://www.grupokomos.com/

domingo, 28 de marzo de 2010

LOS SEVEROS. EL DOMINADO

1.LOS SEVEROS

El Imperio comenzó a resquebrajarse por su parte oriental a finales del sigo II d.C. . Las legiones destacadas en Iliria decidieron pasar a la acción y, tras la muerte de Cómodo, proclamaron emperador a Septimio Severo.

· Lucio Septimio Severo nació el 11 de abril de 146 en Leptis Magna a unos 100 km al sureste de Cartago en la costa norte de la provincia de África. Su familia pertenecía a la nobleza fenicia.
En 172 fue nombrado senador probablemente por el emperador Marco Aurelio. En 190 consiguió el puesto de cónsul. Al año siguiente Cómodo le asignó el comando de las legiones en Panonia. Tras el asesinato de Pertinax en 193 estas legiones le proclamaron emperador. En seguida se puso en marcha hacia Italia para ocupar Roma sin encontrar resistencia,[1] aunque no fue hasta 197 que pudo eliminar a los otros rivales por el trono, tras vencer en la que resultaría ser la mayor y más cruel batalla entre ejércitos romanos (la Batalla de Lugdunum o B. de Lyon). Con su triunfo restableció la unidad territorial del imperio.
Aunque sus ansias de poder convirtieron a Roma en una dictadura militar, Septimio Severo era muy popular entre la población. Restableció la moral romana tras los años decadentes del gobierno de Cómodo y consiguió limitar la corrupción. Al volver de su victoria sobre los partos levantó un arco de triunfo que lleva su nombre.
En los últimos años Septimio Severo tenía que luchar contra los ataques de los bárbaros que ponían en peligro la integridad territorial del imperio. Sobre todo tenía problemas con levantamientos en Britania. Por esto mandó renovar el limes de Adriano antes de morir finalmente el 4 de febrero de 211 en York.
· Marco Aurelio Antonino Basiano nació en Lugdunum (actual Lyon) en 186. El nombre de "Caracalla" hace referencia a una tunica de origen galo"caracallus" que solía llevar este emperador.
Era hijo de Septimio Severo y de Iulia Domna. La descripción del joven Caracalla como respetuoso y amable contrasta con su descripción que recibe más tarde como emperador. Tras la subida de su padre al trono y con la edad de tan sólo 7 años es nombrado "César" y por lo tanto sucesor cambiendo su nombre por el de Marco Aurelio Antonino. En 198 le asciende a augusto y por lo tanto formalmente a co-emperador. En el año 209 se incorporó como tercer co-emperador su hermano Geta.
Tras salir de Roma donde la población le odiaba tras las ejecuciones masivas, Caracalla emprendió un viaje a Germania. En esta época empezó a confraternizar con sus legionarios, abandonando todo lujo. Según algunas fuentes incluso se molió su propio trigo.
A posteriori empezó sus campañas en el este. En Grecia descubrió su devoción por Alejandro Magno y comenzó a imitarle. En mayo 215 levantó su campamento en Alejandría y visitó la tumba de su ídolo.
Luego preparó una campaña contra los Partos y aprovechando una guerra civil en el país vecino consiguió una victoria en este frente.
Sin embargo el odio hacia él había fomentado una conspiración en su propio ejército con el prefecto de los pretorianos, Macrino, como cabeza. Caracalla fue asesinado en su marcha hacia la ciudad mesopotamia de Carrhae por el co-conspirador Iulius Martialis.
· Heliogábalo (218222)
Nacido como Vario Avito Bassiano el 16 de mayo de 205, y conocido más tarde como M. Aurelio Antonio, fue nombrado a temprana edad sacerdote del dios Sol, o Heliogábalo, representado por un falo; éste es el nombre por el que lo conocen los historiadores (aunque a veces se escribe «Elagabal»). Fue proclamado emperador por las tropas de Emesa, su ciudad natal, que fueron instigadas a ello por la abuela, Julia Mesa. Ella extendió el rumor de que Heliogábalo era hijo secreto de Caracalla. Esta revuelta se propagó por todo el ejército de Siria (que, por entonces, se hallaba engrosado con las tropas reclutadas por Caracalla, y no completamente leal a Macrino), y al final acabaron venciendo en la corta lucha por el Imperio que siguió a la derrota de Macrino en la batalla a las afueras de Antioquía. Elagabal fue aceptado entonces por el Senado, y comenzó la lenta travesía hasta Roma.
Su reinado en Roma fue famoso por sus excentricidades, aunque las fuentes históricas son pocas y en muchos casos no completamente ciertas. Se dijo de él que había cubierto invitados en un banquete con una inundación de pétalos de rosas; que se casó con su amante varón —que era conocido como el «marido de la Emperatriz»— y también con una virgen vestal. Algunos dicen que era transexual, y un antiguo texto sostiene que ofreció la mitad del Imperio al médico que pudiese proporcionarle genitales femeninos.
El devenir del Imperio en este tiempo fue dejado en manos de su abuela y su madre Julia Soemia. Viendo que la excéntrica conducta de su nieto podría significar su salida del poder, Julia Maesa persuadió a Heliogábalo de que aceptara como César (y por tanto emperador en potencia) a su primo Alejandro Severo. Sin embargo, Alejandro era popular en el ejército, que veía a su emperador con desagrado; cuando Elagabal, celoso de su popularidad, retiró a su primo el título, la enfurecida guardia pretoriana le juró lealtad. El emperador tuvo que suplicar por su vida, y esta humillación no le dio resultado mucho tiempo.
El 6 de marzo de 222, llegó el rumor a las tropas de la ciudad de que Alejandro había sido asesinado. Heliogábalo y su madre fueron sacados por la fuerza del palacio, asesinados y arrojados a las aguas del Tíber por la guardia pretoriana, que proclamó Augusto a Alejandro Severo.
· Marco Aurelio Severo Alejandro, conocido como Alejandro Severo, nació el 1 de octubre de 208 en la ciudad fenicia de Arca Cesarea, en la actual Siria. Era hijo de Gessius Marcianus y de Julia Mamea y nieto de Julia Mesa. Su nombre era, inicialmente, el de Alejandro Basiano.
Apercibidas su abuela y su madre de que Heliogábalo perdía el apoyo popular y militar debido a sus excesos y extravagancias, prepararon, con gran esmero, al joven Alejandro para que fuera el sucesor al trono. Se le instruyó en todas las artes, derecho y ejército. Consiguieron que Heliogábalo lo adoptara el 16 de junio de 221 d.C. y le nombrara César como su sucesor legítimo. A partir de este momento cambió su nombre por el de Severo Alejandro. Cuando llegó a emperador se le otorgaron los títulos de Augusto y Pater Patria.
Tras el asesinato de Heliogábalo en 222 y gracias a las acciones propagandísticas de su madre y de su abuela, tanto el senado como el pueblo desearon ver al joven Alejandro en el trono. En ese momento contaba 13 años. Fue proclamado César el 13 de marzo de 222, tan sólo 2 días después de la muerte de su predecesor. El gobierno quedó, en gran parte, en manos de su madre y, especialmente, en las de su abuela que se convirtió en la auténtica gobernante en la sombra.
Ambas se dedicaron, de inmediato, y ayudadas por determinados círculos del senado, a sanear las finanzas que habían quedado arruinadas por el antecesor y establecieron un sistema de pagas para el aparato de funcionarios del imperio. Además se empezó a reformar el sistema jurídico. A Alejandro, los recortes en el presupuesto militar, le costaron antipatías en el ejército.
Durante el mandato de Alejandro los sasánidas empezaron a establecer su nuevo imperio sustituyendo a los partos en la frontera este del imperio romano. Sus tendencias expansivas amenazaron también al imperio romano y a partir de 230 atacaron las provincias de mesopotamia pasando el Eufrates. Alejandro reunió un ejército para empezar su campaña militar en 231. Las pérdidas eran enormes para ambas partes, por tanto, Ardacher I, rey de los sasánidas, decidió retirarse de las provincias recién conquistadas. Alejandro consideró este acontecimiento como una victoria y lo celebró con una marcha triunfal el 25 de septiembre de 233.
Un año más tarde, los germanos amenazaron las fronteras al norte del imperio. Alejandro se aproximó con sus tropas. Para ganar tiempo, envió regalos a los enemigos, hecho visto como ofensa por sus propios soldados que habían sufrido los recortes en los gastos militares. En un campamento, cerca de Maguncia, se produjo un motín entre los soldados y asesinaron a Alejandro Severo y a su madre y proclamaron a Maximino el Tracio como emperador. Cuando fue asesinado, Alejandro tenía 26 años.



2. El DOMINADO

El Dominado (284 d.C. - 565 d.C.) fue la despótica última de las dos fases de gobierno en el antiguo Imperio romano entre su establecimiento e 27 a. C. y la fecha formal del colapso del Imperio de Occidente, en 476. En el año 235 d.C. muere el último emperador de la dinastía de los severos, la cual había mantenido el orden, una relativa paz y el esquema del Imperio romano. Tras esta muerte se inicia un periodo caracterizado por la anarquía militar.
En el siglo III d.C. todos los pueblos dominados por los romanos están en revuelta permanente contra Roma, sobre todo en Oriente (persas), aunque también en Occidente (germanos).
Durante los 50 años siguientes el ejército tiene cada vez más protagonismo a la hora de tomar decisiones y de elegir los emperadores, lo cual será un elemento desestabilizador. Durante esos 50 años se suceden más de 20 emperadores.
En el año 212 d.C. el emperador Antonino Caracalla concede la ciudadanía romana a todos los habitantes del Imperio romano, lo que crea una pérdida de los valores y tradiciones más antiguos.
La palabra deriva del Latín dominus, que significa señor o dueño, como un propietario frente a su esclavo — esto había sido usado servilmente para dirigirse a los emperadores desde la época Julio-Claudia en adelante, pero nunca como un título — a Tiberio en particular se le conoce por haberlo vilipendiado abiertamente. Se hizo común con Diocleciano, que es por tanto el lógico elegido para encabezar la lista de gobernantes del dominado temprano. Es en esta época también que aparecen sobre las monedas y demás piezas, y la titulación imperial, las palabras Dominus noster, "nuestro señor".
La primera fase del gobierno imperial, conocida como el Principado, cuando las formalidades de la nunca constitucionalmente abolida República eran todavía la imagen políticamente correcta, también suele concluirse con la llegada de la Crisis del siglo III de 235284, que concluyó a su vez cuando Diocleciano se convirtió en Emperador. Cambiando el concepto de emperador de las formalidades republicanas de los primeros tres siglos del Imperio, Diocleciano introdujo un nuevo sistema de reinado de una coalición de cuatro personas, la Tetrarquía, y él y sus colegas y sucesores (en dos territorios imperiales, Oriente y Occidente, y no cuatro) eligieron dejar de usar el título princeps, además de manifestar abiertamente la cruda realidad del poder imperial y adoptar un estilo de gobierno helenístico, más influenciado por la veneración de las deidades orientales del antiguo Egipto y el Imperio persa que por la tradición de cooperación civil entre la clase gobernante transmitida desde la República Romana.
Se puede argumentar que más crucial que el título escogido fue la anterior adopción del estatus divino como divus, originalmente un honor póstumo excepcional reconocido por el Senado, y más tarde entregado al emperador en vida (y a otros miembros de su familia), convirtiéndose en un privilegio no escrito de la corona.
Otro claro síntoma del elevado estatus imperial fue que éste llegó a encarnar la noción (abstracta durante la República) de la majestad de Roma, así que cualquier crimen contra ésta podía ser castigado como si se tratara de alta traición.
Los historiadores contemporáneos rechazan la interpretación de una transición del Principado al Dominado tan claramente ocurrida; más bien la tildan de una transformación más sutil y gradual, en la cual las reformas de Diocleciano en el oficio imperial, aunque significativas, son sólo un punto de una larga lista. Sin embargo, la distinción entre las dos fases principales del gobierno imperial se antoja importante y útil.

Javi y Miguel

sábado, 27 de marzo de 2010

LA DINASTÍA JULIO-CLAUDIA

Augusto murió en el año 14 d. C. después de gobernar a Roma por más de cuarenta años. Como su salud era precaria y sufría mu­chas enfermedades, Augusto siempre tuvo la precaución de mantener a su lado a alguna persona a quien trataba como heredero. El primero de ellos fue su sobrino Marcelo, que se casó con la hija del Emperador, Julia; pero era un joven enfermizo y murió en el año 23 a. C. Su segundo heredero fue Agripa, que también se casó con Julia a la muerte de Marcelo. Agripa cedió el sitio a Gayo y a Lucio, los hijos que tuvo con Julia. Pero también éstos murieron jóvenes. Augusto se vio obligado a adoptar, contra su voluntad y por influencia de su esposa Livia, a Tiberio Claudio Nerón, el hijo que Livia había tenido con su primer esposo. Su hermano, Druso, había dejado un hijo, Germánico, un joven de gran por­venir, que Tiberio adoptó a petición de Augusto. De esta manera, el Emperador trataba de procurar que a la muerte de Tiberio la sucesión no pasara a su hijo, Druso, sino a Germánico.
La autoridad personal de Augusto, unida al sentimiento uni­versal de que la existencia del principado era indispensable para el mantenimiento de la paz y el orden, fueron los factores esen­ciales que permitieron a Tiberio encargarse del poder sin resisten­cia alguna. El ejército lo reconoció como Emperador y le juró obediencia inmediatamente después de la muerte de Augusto. Más tarde, el Senado le confirió todos los poderes especiales que habían hecho de Augusto el señor del Estado. A partir de ese momento hasta el suicidio de Nerón, el trono fue ocupado por miembros de la casa Claudia; los dos primeros fueron adoptados por los Julios.
Las condiciones en que vivieron los sucesores de Augusto no fueron favorables. Todos comprendieron que gobernaban por ser los herederos de Augusto, y no a causa de sus propios méritos o por servicios prestados al país.



Tiberio
era un competente general del antiguo tino romano, estricto, metódico y sinceramente entregado a su país. Las mismas virtudes mostró como estadista y gobernante. Pero carecía de la energía creadora que inspiraba todos los actos de su predecesor. Tampoco poseía ese notable don de Augusto para entenderse con otros hombres, fascinarlos, lograr que le sirvieran y escoger con acierto las cabezas más claras para su servicio. Tiberio estaba ya amargado y deprimido por la fría hosti­lidad de Augusto y se encontró, desde el comienzo mismo de su reinado, en una situación muy embarazosa. A su lado se alzaba la imponente figura de Livia, la viuda de Augusto, a la que él debía su ascenso al poder. La mayoría de los que habían ocupado cargos importantes en el reinado anterior y muchos aristócratas romanos le eran hostiles. Les desagradaba su orgullo, su reserva y su frialdad, y se negaban a reconocerle el derecho a gobernar. La oposición sabía que Tiberio no estaba muy dispuesto a relegar a su propio hijo, Druso en favor de Germánico, a quien se había visto obligado a adoptar y, por eso, sus oponentes elogiaban a Germánico, general eminente, hasta hacer de él un ser casi sobre­humano. La vida en la corte se hizo casi irrespirable cuando Ger­mánico murió en Oriente, a donde le habían enviado como gober­nador. Es muy probable que muriera de muerte natural, pero tal tipo de muerte en un joven era increíble para esa generación. La esposa y los hijos de Germánico, así como el pueblo de Roma, estaban convencidos de que había sido víctima de un crimen ma­quinado por Tiberio y Livia.
No es, pues, sorprendente que Tiberio se fuera de Roma, en donde estaba rodeado de intrigas y odios, y que instalara su residencia en Capri. Desde allí, trató de gobernar el Imperio. El único hombre en que confiaba era Seyano. prefecto de la guardia pretoriana. Lo dejó en Roma como representante suyo y lo auto­rizó para que instalara sus hombres en cuarteles situados en uno de los arrabales, a fin de asegurar su posición. De este modo, Se­yano se convirtió en gobernante virtual de la ciudad. Entretanto, como cosa normal, continuaron sin interrupción las intrigas pala­ciegas y la rivalidad entre los parientes de Druso y de Germánico, hasta que Seyano decidió aprovechar esas querellas para satisfacer sus propias ambiciones. Esperaba suceder a Tiberio. Una serie de oscuros y horribles crímenes tuvieron lugar: la muerte de Druso, envenenado por su esposa, a quien Seyano había seducido; el aniquilamiento de los hijos de Agripina, uno tras otro: el des­tierro y muerte de la propia Agripina: por último, el descubri­miento de que Seyano estaba conspirando contra el Emperador, su ejecución y el subsiguiente período de confusión y horror que arrastró por igual a culpables e inocentes.

Calígula sucedió a Tiberio y reinó desde el año 37 al 41 d. C. Hijo de Germánico, se había criado en un constante temor por su vida, rodeado de intrigas palaciegas y en compañía de príncipes helenísticos, jóvenes y corrompidos, que residían en Roma como rehenes o para hacer valer sus aspiraciones a algunos de los tronos de Oriente. Como sobrevivió a todos sus hermanos, Calígula fue el único miembro (por adopción) de la familia Julia que quedaba vivo a la muerte de Tiberio. El ascenso al trono trastornó su ca­beza, que ya era bastante débil de por sí. Su breve reinado dio pruebas definitivas de su desequilibrio mental. El loco Calígula vivía en constante temor de las conspiracio­nes y destruyó sin merced a todos los que él temía. Fue tan lejos en sus decisiones que el pueblo romano llegó a sentir una verda­dera repugnancia por él. Exigía honores divinos y no solo se declaraba princeps, es decir primer ciudadano de Roma sino "señor y dios" (dominas et deus); además, despertó la cólera popular cuando introdujo en la corte costumbres orientales. Calígula mantuvo relaciones públicas con sus propias hermanas y proclamó a una de ellas esposa y dio­sa. No es, pues, de extrañar que pronto cayera víctima de una conspiración de los oficiales de la guardia pretoriana.

Claudio sucedió a su sobrino Calígula y reinó desde el 41 al 54 d. C; su padre Druso, hermano de Tiberio, murió durante el reinado de Augusto. Nunca perteneció a la familia Julia y no esperaba subir al trono. Pero cuando unos pocos conspiradores acabaron violentamente con Calígula, la guardia pretoriana proclamó Emperador a Claudio, a falta de otro mejor. Sus actos mostraron el sentido de deber y el tradicional patriotismo do la familia Claudia, pero, débil de cuerpo y de espíritu, pronto se con­virtió en un simple instrumento de sus esposas, Mesalina y Agripina, y de sus libertos. La misma atmósfera rodeaba a Claudio. Durante los cinco primeros años de su reinado solo fue un mero muñeco, al menos en sus relaciones con la aristocracia romana, manejado por Mesalina, su frívola y corrompida esposa. Sus libertos favoritos se oponían a Mesalina con todas sus fuerzas. Aterrorizado por el espectro de la conspiración y ante el temor de que Mesalina pusiera en el trono a Silio, uno de sus amantes, Claudio, presionado por sus libertos, consintió en dar muerte a Mesalina. Pero de inmediato pasó a ser otra vez un muñeco en manos de otra mujer imperiosa, su sobrina Agripina, cuya única razón para casarse con Claudio fue la de acabar con la vida de éste y poner en el trono vacante a su propio hijo, Nerón.


Nerón, el último emperador emparentado con Augusto, reinó desde el 54 al 68 d. C. Su madre fue Agripina, hija de Germánico y segunda esposa de Claudio. Nerón era hijo de aquella y fruto de su primer matrimonio con Cneo Domicio Ahenobarbo. Tenía grandes dotes y un carácter sumamente contradictorio. También la forma de ascender al trono fue irregular; lo consiguió gracias a la ambición ilimitada de su madre, que no vaciló en envenenar a Claudio. Para conservar el poder, Nerón se vio obligado a ase­sinar a su hermanastro y a su madre. A su lado se alzaba, como constante amenaza a su poder, su hermanastro, el joven Británico, hijo de Mesalina y Claudio, y heredero legal al trono. Nerón inauguró su reinado con el asesinato de Británico. Luego, la imperiosa Agripina trató de dominar a su hijo, no menos imperioso, y de convertirlo en un instrumento entre sus manos. Una idea fija domina a Nerón: escaparse del control de su madre. Sus favoritos le animan en sus propósitos. Su segundo crimen es el cobarde asesinato de Agripina. Ahora gobierna solo, pero se siente obstaculizado por Séneca y Burro, que lo habían educado y deseaban guiar sus juveniles pasos. También los aleja, pero ahora se enfrenta con la hostilidad y el desprecio de los que le rodean. Las clases dirigentes de la sociedad se le oponen silenciosa pero tenazmente. Comienza un reinado de terror y la matanza de to­dos los que Nerón considera contrarios a su persona y a sus métodos de gobierno. El principado conserva su fuerza, pero aho­ra incita sentimientos de repugnancia y horror. El creciente disgusto suscitado por las extravagancias de la corte fortaleció a la oposición que, por una vez tuvo el valor su­ficiente no solo para morir sino también para asestar con valentía un golpe. Nerón, cuyo único apoyo era la guardia pretoriana, nun­ca se presentó ante los ejércitos en las provincias y las legiones estaban descontentas. La oposición aprovechó este hecho. Los ejércitos se hallaban informados de la conducta de Nerón y de los flagrantes ataques a la tradición romana, en especial de su pasión por el teatro, sus presentaciones en escena y su marcada preferencia por los griegos en detrimento de los romanos. Los generales con mando efectivo en el ejército, en su condición de legados del Emperador, ejercían poderosa influencia sobre las tro­pas. La rebelión armada contra el Emperador comenzó en Galia. Los rebeldes querían entronizar a cualquiera que quisiera seguir el camino señalado por Augusto. Ya no podían soportar por más tiempo al tirano, al "señor y dios". El nuevo gobernante no dejaría de ser constitucio­nal, porque estaría estrechamente relacionado con el Senado. El estandarte de la rebelión fue enarbolado por Vendex en la Galia. Las legiones de Germania aplastaron ese movimiento, por consi­derar que se dirigía contra Roma y no contra Nerón; pero tam­poco esas legiones deseaban que Nerón continuara reinando. Al final, el Emperador se vio obligado a suicidarse.




Surgió entonces el problema de la sucesión. ¿Quién iba a res­taurar la "libertad" que el tirano había suprimido, una persona nombrada por la guardia pretoriana o el comandante de un ejér­cito provincial? Al principio, pareció que prevalecerían las pro­vincias. Cuando Virginio Rufo, comandante de las legiones de Germania, se negó a reinar, el ejército de España proclamó empe­rador a Galba, y tanto los otros ejércitos como el Senado aceptaron la elección. Pero cuando se presentó en Roma, los pretorianos lo eliminaron, por temor a la pérdida de sus privilegios, y pusie­ron en el trono a Otón. Las legiones destacadas en Germania se rebelaron y proclamaron emperador a Vitelio. Éste se dirigió hacia Roma y venció a los pretorianos en las llanuras del norte de Italia. Pero entonces aparece un cuarto candidato, T. Flavio Vespasiano, nombrado por los ejércitos de Oriente. El ejército del Danubio se declaró en su favor y destronó a Vitelio. Vespa­siano vino a Roma y, gracias a su experiencia, sangre fría y firmeza, pudo fundar una dinastía que duró un tiempo considera­ble. Así acabó el año 69 d. C, el año de los cuatro emperadores.

La atmósfera que rodeaba a estos príncipes se hallaba im­pregnada, sin duda alguna, de culpa y crimen.
Todos esos emperadores no sólo temían a sus rivales per­sonales, sino también los intentos del Senado para reafirmar de nuevo su poder. El Senado continuaba siendo una institución te­mible e impresionante; no se puede negar que algunos senadores todavía alimentaban la esperanza de recobrar su antigua posición, pero es indudable que, en tanto cuerpo, no hizo nada para preparar esa resurrección. Unos pocos confiaban en que algún día llegaría a recobrar su fuerza, pero la mayoría era escéptica y no dio un solo paso en ese sentido. Sin embargo, los gobernantes estaban tan inquietos que cualquier signo de oposición en el Senado se exa­geraba enormemente y cada conspiración, real o imaginaria, mo­tivaba una matanza sistemática de los más eminentes miembros de la aristocracia. De ese modo, las más nobles familias se fueron desvaneciendo, una tras otra, de la escena y llevaron consigo los sueños de restaurar la antigua constitución con el Senado a la cabeza.

Actividades:

¿Cómo podrías resumir el reinado de Tiberio? ¿Fue el primer sucesor al trono de Augusto? ¿A quién sucedió?
¿Por qué despertó Calígula el odio entre la población?¿Cúanto tiempo duró su reinado?¿Qué clase de parentesco tenían Claudio y Calígula? ¿Y Claudio de Nerón? Por se caracterizó el reinado de Claudio y Nerón. Explica cuáles son los hechos más característicos de esta dinastía.

BÁRBARA

viernes, 26 de marzo de 2010

Cayo Julio Cesar Octaviano


Nació en Roma el 23 de septiembre del año 63 a. C era sobrino-nieto de Julio César. Recibió el nombre de su
Padre, Cayo Octavio Turino, quien pertenecía a la clase adinerada de los equites, se desempeñaba como gobernador en Macedonia. Falleció cuando su hijo tenía solo 4 años.
Al igual que su hermana mayor Octavia Turina Minor, el pequeño Octavio quedó bajo la tutela, del pretor Lucio Marcio Filipo, descendiente del rey Anco Marcio, quien se casó con la madre de Octavio y tres años después asumiría como Cónsul.
A la edad de 15 años es nombrado Pontífice. Julio César le solicitó que se una a sus fuerzas en la lucha contra Pompeyo. El 13 de septiembre de ese mismo año, Julio César lo nombró su heredero, adoptándolo, ya que carecía de descendencia, permaneciendo el testamento en secreto. Logró llegar junto a su tío abuelo, en junio del año 45 a. C, luego fue víctima de un naufragio, cuando ya Pompeyo había sido derrotado.
Mientras Octavio se hallaba en Apolonia (actual Albania) en campaña militar, Julio César murió, asesinado por una conjuración, el 15 de marzo del año 44 a. C. Los principales acusados de la muerte de Julio César huyeron.
Octavio regresó a Italia, para ocupar su posición de poder, que había heredado, y hallando la oposición de Marco Antonio, se alió entre otros con Cicerón, que querían mantener los privilegios de ese organismo

Cicerón pronunció las “Filípicas” discurso contra Marco Antonio, que quería llegar a un acuerdo con Décimo Bruto. El Senado fue convencido de mandar un ejército encabezado por Octavio y los cónsules para luchar contra Marco Antonio, el que fue derrotado en dos batallas, cerca de Mutina. A pesar de la victoria, esas luchas costaron la vida de los cónsules, y el ejército quedó liderado por Octavio, quien obtuvo el Consulado por la fuerza,
Convertido en Cayo Julio César Octaviano, l de que el pueblo ratificase su adopción, logró contar, para luchar contra Marco Antonio, con la colaboración de los plebeyos y los ejércitos italianos. Lépido se unió a Marco Antonio

Cumplido el objetivo de vengar la muerte de Julio César, al ser derrotados Casio y Bruto en Filipos, fueron recuperadas las provincias orientales y el Imperio fue repartido entre los triunviros
En el año 40 a. C, Marco Antonio se casó con Octavia, hermana de Octavio, con quien tuvo dos hijas, pero a quien abandonará cuatro años después para retornar junto a Cleopatra.
Sexto Pompeyo, hijo del asesinado Pompeyo, rival de César, gobernaba Sicilia y Cerdeña, colocando a Roma en una situación de desabastecimiento, con respecto al trigo. Llegado a un acuerdo con Sexto Pompeyo, en el año 39 a.C. se le otorgó el dominio sobre esos territorios y sobre Acaya y Córcega, a cambio del compromiso de no suspender los envíos de trigo hacia Roma Este acuerdo fue roto por Octavio, tres años después, cuando en alianza con Marco Antonio, derrotó a Sexto Pompeyo, quien fue asesinado.
Lépido quien había recibido los territorios de África y Sicilia debió devolverlos acusado de traición en el año 36 a. C., siendo destituido como triunviro.
Marco Antonio dado a los lujos orientales, fue acusado por Octavio, dando a conocer el testamento secreto de aquel, por el cual designaba sucesores a sus hijos habidos de la unión con Cleopatra, y la intención de variar la capital imperial, instalándola en Alejandría.
Octavio logró derrocar a Marco Antonio el 2 de septiembre del año 31 a. C en la batalla de Actium. Octavio se convirtió en líder de todo el Imperio Romano. Siendo designado Cónsul renunció a sus poderes ante el Senado. Sin embargo tres días después se llegó a un acuerdo entre el Senado y Octavio, por el cual éste conservó el Consulado hasta el año 23 a. C. Las provincias se dividieron en senatoriales, las que gozaban de paz, y las imperiales, donde Octavio tenía potestad proconsular, en las que estaban radicadas las tropas.
El Senado le otorgó el título de Augusto, que asignaba a su persona un carácter sagrado, el de Príncipe, o primero entre sus iguales, lo que le adjudicaba un cierto matiz republicano, ya que era un ciudadano también, y la imposición de una corona de roble y laurel. Sus poderes llegaron a su máxima expresión en el año 19 a. C., cuando adquirió el cargo de Cónsul vitalicio y el de Censor. Confeccionaba el censo y controlaba la moral pública.Entre las funciones judiciales están las siguientes: intervenía en asuntos tanto civiles como penales. En las civiles, actuaba como apelació, y en las penales, tanto en primera como en segunda instancia.
Adquirió el poder militar en Roma en el año 13 a. C., y realizó una reestructuración de la Guardia Pretoriana. Un año más tarde, al morir Lépido quien había resguardado su cargo de Pontífice Máximo, lo adquirió para sí. Fue denominado Padre de la Patria en el año 10 a. C.Durante su mandato conocido como el de la Pax Romana, Roma se embelleció, se protegió a los artistas, se rebajaron los impuestos, y mejoró la seguridad. La ley de los romanos, su idioma y sus costumbres se extendió a todo el imperio.
Para contribuir al poblamiento de Roma, castigó a los solteros y recompensó a quienes
Tenían mayor número de hijos

Redujo los miembros del Senado, dejando a aquellos que no tuvieran ningún cuestionamiento moral
Augusto falleció en Nola, el 19 de agosto del año 14, habiendo dejado dos herederos, Agripa y tiberio. El primero falleció víctima de una conspiración y el imperio quedó en manos de Tiberio. A un mes de su deceso, el emperador Augusto, fue elevado al rango de Dios.

CARLOS

viernes, 19 de febrero de 2010

EL IMPERIO ROMANO (27 a.C. -476 d.c)

Esta semana investigaremos acerca del período imperial de la Historia de Roma. Fueron cinco siglos en los que distinguimos un período ascendente (siglos I y II d.C.) y un período de declive y descomposición (fines del siglo III al V).

Debéis trabajar con los capítulos 4 y 5 del libro de texto, relativos a este período, completando la información con vuestra investigación realizada a partir de las páginas que solemos manejar.

De nuevo trabajaréis en grupo, a cada uno de los cuales le asigno una etapa dentro de este período histórico para realizar las correspondientes entradas. Estos son los grupos:

1. El principado de Augusto: Carlos
2. Las dinastías Julio-Claudia (27a.C-68 d.C.), Flavia (69-98 d.C.) y Antonina (98-192 d.C): Elena, Bárbara y Diana
3. El inicio de la decadencia: los Severos y el dominado de Diocleciano: Miguel y Javier
4. La tetrarquía, Constantino y la división y fin del Imperio: Patricia, Carmen y Laura.

Deben estar publicadas el próximo viernes 26 de febrero.

Aquí os dejo un vídeo que resume toda la historia de Roma, espero que os guste.




En youtube podéis encontrar todos los fragmentos de la Serie "YO CLAUDIO", sobre la familia Julio-Claudia en castellano, basada en la novela homónima de Robert Graves, cuya lectura os recomiendo encarecidamente si tenéis interés en conocer esta parte de la Historia de Roma.

viernes, 22 de enero de 2010

Organización social, política y económica en la Roma Republicana

ORGANIZACIÓN POLÍTICA

Voy a comenzar hablando sobre las Magistraturas. Se llama "magistratura romana" a la dignidad, cargo y conjunto de atribuciones con las cuales, en la Antigua Roma, se investía a un ciudadano para que desempeñara determinadas funciones relacionadas con la administración y dirección política de la ciudad.

En la República Romana, finalizada la Monarquía (año 509 a. C.), el lugar del rey fue ocupado por dos magistrados a los que se llamó primero pretores y luego cónsules. Según la tradición romana, la aristocracia, para evitar los abusos en que habían incurrido los antiguos reyes, estableció una serie de medidas limitantes al poder de los nuevos oficiales. Así, se dispuso que cada uno tuviera veto sobre la decisiones del otro; que gobernaran sólo por un año; que las penas o castigos que impusieran pudieran ser apeladas ante las asambleas del pueblo (provocatio ad populum) y, que una vez terminado su mandato, fueran responsables por los actos contrarios a la ley que, eventualmente, cometiesen en el cargo.

Existen distintos cargos de las Magistraturas:

Cónsul: Llevó el nombre de Cónsul la magistratura romana creada para sustituir a la monarquía al frente del Estado. Cada año se elegían dos cónsules. Progresivamente van perdiendo atribuciones: primero algunas facultades judiciales civiles y criminales.


Pretores: Eran los encargados de presidir los tribunales, durante un año, aunque finalizado este tiempo podían convertirse en propretores y gobernar otro año sobre unos territorios determinados. Eran ocho, y podían considerarse los ayudantes de los cónsules.


Censores: El Censor era uno de los magistrados colegiados de la antigua República romana, tratándose de una magistratura colegiada formada por dos censores, que eran elegidos cada cinco años por los comitia centuriata presididos por uno de los cónsules. El cargo, denominado censura, era responsable de la realización del censo, la supervisión de la moralidad pública, y de ciertos aspectos de las finanzas públicas.

Tribuno militar: Un tribuno militar es tanto un oficial de una legión romana como un cargo oficial del estado romano. En el periodo republicano había seis tribunos militares asignados a cada legión. Se les daba la autoridad a uno de ellos e iban rotando en el mando entre los seis. Los tribunos eran hombres del rango senatorial, y eran elegidos por el Senado.

Dictador: La dictadura era en la Antigua Roma el gobierno extraordinario que confería a una persona, el dictador, una autoridad suprema en los momentos difíciles, especialmente en los casos de guerra; la dictadura nació, al parecer a propuesta de Tito Larcio, quien fue además el primero en ejercer el cargo. El dictador era nombrado por uno de los cónsul es en virtud de una orden del Senado que tenía la potestad de determinar cuándo era necesario el nombramiento y quién debía ocupar el cargo.

Decenviros: Cada uno de los diez magistrados superiores romanos encargados de componer las leyes de las Doce Tablas, y que en algunas ocasiones sustituyeron a los cónsules: los decenviros tuvieron que deliberar largo tiempo acerca de los derechos de los libertos. Magistrado menor romano que servía de consejero a los pretores: recibió la consideración de ser nombrado decenviro por el pretor, quien le consideraba un hombre de su entera confianza.

Cuestores: Su función fundamental es la administración del tesoro público. Estos magistrados eran los quaestores aerrarii. Protegían los archivos del estado, que se guardaban en el Templo de Saturno. En los comienzos de la magistratura eran dos cuestores, para ser cuatro a finales del siglo IV a.C.

Ediles: Edil curul, cargo al que podían optar los patricios y los plebeyos, nacido a imagen de los ediles plebeyos. Se encargaba, entre otras tareas, de la organización de los juegos, de la vigilancia de pesos y medidas en los mercados, y de resolver los pleitos menores relacionados con el comercio, siempre bajo la supervisión del Pretor Urbano. Era el primer escalón del cursus honorum. El Edil plebeyo era un cargo reservado a las personas de origen plebeyo, al que sólo podían acceder éstos.

LA ORGANIZACIÓN SOCIAL

Tras largos conflictos entre Plebeyos y Patricios, se consiguió llegar a la igualdad de derechos y la incorporación de los Plebeyos al Populus Romanus.
La Diferencia entre los ciudadanos estaba marcada por la riqueza o el prestigio.
La igualdad de derechos no acabó con los conflictos sociales, estos continuaron por el reparto de tierras que hacia el estado de las nuevas regiones.

LA ECONOMÍA

La economía estaba muy ligada al suelo. Se desarrolló mucho la explotación de los bosques, porque la madera se utilizaba tanto para la construcción de túneles y explotaciones mineras (combustible para los hornos), como para la construcción naval.
Tenían buenos conocimientos técnicos en cuanto a la agricultura (realizaban injertos, utilizaban el arado, tenían un sistema de canales), que se vio fuertemente desarrollada, así como la ganadería.

CARLOS

El último siglo de la República (133-31 a.C.):

LOS HERMANOS GRACO

Los hermanos Graco eran de los pocos romanos que se percataron de la necesidad de emprender reformas urgentes ante el riesgo de que la República se viniera abajo víctima de sus propios vicios. Los hijos de Cornelia recibieron una educación exquisita que les dotó de una visión de la república más vasta que la de cualquier romano.

Tiberio fue elegido tribuno en el año 134 a.C, siendo una de sus primeras medidas una reforma agraria que buscaba reducir las enormes propiedades y dividirlas en granjas de moderado tamaño para que, de esta forma, estuvieran más repartidas entre los ciudadanos y no estuviese en manos de unos pocos; además propuso que la tierra fuese inalienable, es decir, que no pudiese ser vendida ni sustraída. Esto contó con la oposición de los terratenientes que rápidamente iniciaron una campaña de desprestigio acusándole de populista y querer ir contra el orden establecido. Esta medida tuvo éxito y Tiberio no tuvo más opción que atacarles con otra propuesta radical. En ese tiempo Atalo III, rey de Pérgamo, legó su floreciente reino a Roma, haciendo eco de un sentimiento proromano o bien queriendo evitar una guerra civil ante el creciente poderío de Roma, Tiberio propuso que el tesoro y el reino fuesen repartido entre los más pobres, me imagino la cara del patricio corrupto de turno viendo que se quedaba sin un sextercio del pastel, es por ello por lo que organizaron una conjura que puso fin a la vida de este hombre.

Estos hermanos fueron las últimas oportunidades para una república que ya por entonces agonizaba víctima de sus propios vicios y que daría lugar a los dictadores perpetuos como, Sila y Julio César, y finalmente largos siglos de imperio que, en mayor o menor medida, mantuvo siempre la fachada republicana para conseguir la legitimidad de su gobierno, de hecho quién no respeto al Senado tuvo un final un tanto violento (Calígula, Nerón, Domiciano, Cómodo, etc).

LAS GUERRAS CIVILES

La lucha entablada entre las clases sociales, fue el preludio de las guerras civiles que se produjeron más tarde, durante las cuales, con el apoyo de fuerzas militares, se disputaron el poder, sucesivamente, Mario y Sila; luego Pompeyo y César; y más tarde Antonio y Octavio. Cayo Mario, que pertenecía al partido popular, alcanzó prestigio con la denominada guerra de Yugurta. Yugurta, sobrino del rey Micipsa, de Numidia, en el Norte de Africa, que había quedado dependiente de Roma, a la muerte de su tío heredó una parte de sus bienes y para quedarse con el resto no trepidó en dar muerte a sus primos.

Al tener conocimiento de lo ocurrido, los romanos lo citaron para que diera cuenta de sus actos ante el pueblo de Roma. Para librarse de esta difícil situación Yugurta sobornó a un tribuno, quien el día del proceso le impidió hablar y lo hizo salir de Roma impunemente.Esto dio lugar a que los romanos enviaran a África un ejército a las órdenes de Metelo, cuyo teniente era Mario. Este logró captarse la simpatía de los soldados y obtuvo ser nombrado cónsul. En tal carácter se constituyó en defensor de los pobres y se comportó como los Graco. Además, realizó una reforma militar que dio cabida a los extranjeros en el ejército, con lo cual éste ya no fue más un reflejo de la sociedad romana. A partir de entonces los soldados fueron más leales a sus jefes que al estado.


Mario y Sila

La etapa republicana en la Roma de la antigüedad (509 a.C-27 a.C) significó la expansión territorial, las conquistas jurídico-político-sociales de la plebe, el desarrollo económico y comercial, que sin embargo, benefició a unos pocos. Éstos ricos, que en su mayoría eran los que tenían acceso a las magistraturas, dejaron de lado los valores tradicionales, incluso los religiosos, tan respetados en la época monárquica, para hacer gala del lujo, el derroche y la ostentación. Mientras esta clase social de adinerados vivía en la opulencia, los campesinos y proletarios, se sumían en una miseria, de la que les era difícil salir, por el abandono que hacían de sus campos para ir a las campañas militares, y los pesados tributos que recaían sobre sus tierras.
Las reformas que trataron de impulsar los hermanos Graco (130 a. C) fracasaron ante la oposición de las clases poderosas.


Esta situación interna conflictiva, que dividió a Roma en aristócratas y populares, condujo a una guerra civil, liderada por inescrupulosos que usaron al pueblo para consolidarse en el poder. A estos problemas se sumaba el peligro exterior, que viendo una Roma debilitada, tentaba a los pueblos sometidos a recuperar sus antiguos territorios.

Surgieron dos partidos que reflejaban esos idearios opuestos:
El de los optimates, nobles aristocráticos defensores del poder senatorial, y contrarios a las asambleas populares, a la concesión de la ciudadanía a territorios no solo fuera de Italia, sino dentro de la misma península, pero fuera de Roma.


Los populares, seguidores de las ideas de los hermanos Graco, se apoyaban en el poder de las asambleas populares contra el poderoso senado, querían extender la ciudadanía aún fuera de Italia, y realizar reformas agrícolas que favorecieran al campesinado.
Cuando en el año 108 a. C. llegó Cayo Mario al consulado, cargo que ocuparía en siete oportunidades, la plebe vio en él, el símbolo de sus reivindicaciones de clase, ya que se mostraba partidario de la plebe, siendo líder del partido popular. No solo fue elegido cónsul, sino también fue puesto al mando de las fuerzas que lucharían contra Yugurta, en el norte africano. Después de luchar contra Yugurta, rey de Numidia, guerra que terminó con la captura del rey enemigo en el año 105 a. C. gracias a la gestión de Sila, que en ese momento desempeñaba el cargo de cuestor, y contra los cimbros y teutones, Mario cambió su política y dejó de lado al pueblo empobrecido para gobernar en favor de la nobleza aristocrática.
A partir de estas campañas militares ya se despertaban los recelos entre el jefe Mario, y su subordinado Sila, que reclamaba para sí los honores de las victorias. En el año 104 a. C., Mario fue elegido cónsul por segunda vez. Así siguieron sus reelecciones, y sus triunfos, derrotando a los teutones en año 102 a. C y a los cimbrios en el 101 a. C. Al retornar a Roma lo eligieron cónsul por sexta vez en el año 100 a. C.
Los ejércitos cambiaron su composición, se profesionalizaron, y quedaron a cargo no de los campesinos, sino de aquellos sin tierras que recibían una paga por sus servicios, que pronto exigieron tierras en pago de sus servicios, demandas que no pudieron ser satisfechas, incrementando la tensión social.
Los pueblos itálicos deciden unirse contra Mario, conformando la confederación itálica, cuya capital erigieron en Corfinio, e iniciaron una guerra con objetivos sociales.


En el año 94 a. C. la pretura es ocupado por Lucio Cornelio Sila, perteneciente a la clase patricia, que como dijimos, había sido destacado lugarteniente de Mario. Fue acusado por Mario de corrupción y soborno durante su misión contra partos y capadocios. En el año 88 a. C., accedió al Consulado tras derrotar a los rebeldes italianos. Durante su ausencia, Mario aprovechó para tratar de reconquistar su poder, con la ayuda del tribuno de la plebe, Publio Sulpicio Rufo, que de colaborador de Sila y de los optimates, se pasó al bando de los populares.


Desde su cargo logró sancionar un decreto por el cual ponía el mando de las legiones a cargo de Mario, relevando a Sila, que enterado de esto, convenció a sus hombres de atacar Roma. Sila, victorioso, limitó las facultades de los tribunos de la plebe. En el 87 a. C dirigió una campaña contra el rey del Ponto, Mitrídates, momento que aprovecharon los populares para vengarse, estallando una nueva revuelta, al mando de Cinna, que había sido puesto al mando del Consulado, que unido a Mario, y a su hijo del mismo nombre, que había armado un ejército en su exilio en África, atacaron a los optimates dirigidos por Octavio. El senado quedó en poder de los populares que ordenaron el exilio de Sila. Mario tenía ya 71 años cuando asumió el consulado por séptima vez. Solo lo hizo por 17 días, al cabo de los cuales falleció.
Sila regresó victorioso de su campaña militar. Mario ya había muerto, Cinna también, y después de vencer al ejército de Mario el joven (hijo de Mario) y de Papirio Carbón, a cuyos hombres reprimió con extrema dureza, fue proclamado por el senado, en el año 82 a. C como dictador, con funciones legislativas y de organizar la Constitución. Su cargo de dictador perpetuo era ilegal (la dictadura romana no podía durar más de seis meses) y omnipotente, pero intentó dar visos republicanos a ese período, dando mayor poder al senado, cuyo número elevó de 300 a 600, y limitando las potestades de los magistrados, estableciendo edades mínimas para el desempeño de los cargos, y sobre todo el de los tribunos de la plebe, que solo podían presentar proyectos legislativos con autorización senatorial, y cercenando su capacidad de veto.
Ejerció un gobierno de terror y proscripciones contra sus enemigos políticos, a quienes se les confiscaban y vendían sus bienes.


En el año 80 a. C, Sila abdicó en Cneo Pompeyo, que era además de su lugarteniente, su yerno.


Es difícil encontrar en la historia un ejemplo donde un cambio drástico en la estructura de un estado, e incluso toda una sociedad en su conjunto, no se dé debido a un debilitamiento o una magna crisis que altere sus bases y permita dicho cambio pasar inadvertido entre el caos del conflicto.


El Primer Triunvirato no fue la excepción a esta regla, y su razón de existencia se da producto a una de las mayores crisis sufridas por la República, una crisis que en efecto la desangraría mortalmente y que sería uno de los desencadenantes del nacimiento de Imperio. Desde un principio el Triunvirato estuvo destinado a su autodestrucción, tres personalidades enormemente influyentes y poderosas compartiendo el poder da como resultado la imposición de una sobre el resto y una lucha por este poder. De estos tres hombres poderosos curiosamente el que se impondría sería el que menos poder económico y militar poseía, pero que a su vez contaba con la mayor ambición, falta de escrúpulos e inteligencia necesaria como para lograrlo. La historia misma ha juzgado a esta monarquía disfrazada de democracia de muchas maneras. Desde considerarla un 'monstruo de 3 cabezas' como la daría a llamar Varrón, a denominarla la salvación de la democracia popular Romana, quitándole poder al Senado y otorgándoselo a los Tribunos del pueblo. Pero el Triunvirato no debe ser interpretado como algo oficial, que nunca lo fue, sino como una unión, en principio secreta, de 3 hombres poderosos los cuales mediante el intercambio de influencias y poderes lograron dominar la política Romana a su gusto y placer.

JULIO CÉSAR


Su gobierno estuvo caracterizado por una política muy agresiva en la que sometió a la práctica totalidad de pueblos celtas en varias campañas. Este conflicto, conocido como la Guerra de las Galias, finalizó cuando el general republicano venció en la Batalla de Alesia a los últimos focos de oposición, liderados por un jefe arverno llamado Vercingétorix. Sus conquistas extendieron el dominio romano sobre los territorios que hoy integran Francia, Bélgica, Holanda y parte de Alemania. Fue el primer general romano en penetrar en los inexplorados territorios de Britania y Germania.
Mientras César terminaba de organizar la estructura administrativa de la nueva provincia que había anexionado a la República, sus enemigos políticos trataban en Roma de despojarle de su ejército y cargo utilizando el
Senado, en el que eran mayoría. César, a sabiendas de que si entraba en la capital sería juzgado y exiliado, intentó presentarse al consulado in absentia, a lo que la mayoría de los senadores se negaron. Este y otros factores le impulsaron a desafiar las órdenes senatoriales y protagonizar el famoso cruce del Rubicón, donde al parecer pronunció la inmortal frase "Alea iacta est" (la suerte está echada) iniciando así un conflicto conocido como la Segunda Guerra Civil de la República de Roma, en el que se enfrentó a los optimates, que estaban liderados por su viejo aliado, Pompeyo. Su victoria, basada en las derrotas que infligió a los conservadores en Farsalia, Tapso y Munda, le hizo el amo de la República. El hecho de que estuviera en guerra con la mitad del mundo romano no evitó que se enfrentara a Farnaces II en Zela y a los enemigos de Cleopatra VII en Alejandría. A su regreso a Roma se hizo nombrar cónsul y dictator perpetuus —dictador vitalicio— e inició una serie de reformas económicas, urbanísticas y administrativas.A pesar de que bajo su gobierno la República experimentó un breve periodo de gran prosperidad, algunos senadores vieron a César como un tirano que ambicionaba restaurar la monarquía. Con el objeto de eliminar la amenaza que suponía el dictador, un grupo de senadores formado por algunos de sus hombres de confianza como Bruto y Casio y antiguos lugartenientes como Trebonio y Décimo Bruto, urdieron una conspiración con el fin de eliminarlo. Dicho complot culminó cuando, en las idus de marzo, los conspiradores asesinaron a César en el Senado.

Su muerte provocó el estallido de otra guerra civil, en la que los partidarios del régimen de César; Antonio, Octavio y Lépido, derrotaron en la doble Batalla de Filipos a sus asesinos, liderados por Bruto y Casio.



Segundo Triunvirato


El Segundo Triunvirato fue una alianza por cinco años realizada entre Marco Antonio, César Octaviano y Marco Emilio Lépido, tras el vacío de poder originado por el asesinato de Julio César. El 11 de noviembre de 43 a. C. se produce la Entrevista de Bolonia, de la que sale el Segundo Triunvirato (43 a. C. - 38 a. C.). El 23 de noviembre de 43 a. C., con la Ley Titia se hace oficial dicho pacto, se limita su vigencia a 5 años, y se procede al reparto territorial:
Sicilia, Cerdeña y África para Octavio.
Galia Cisalpina para Marco Antonio.
Galia Narbonense e Hispania a Lépido.
En el 38 a. C., el segundo triunvirato se renovará por cinco años más, esto es hasta el 33 a. C.
La denominación oficial de este triunvirato era Triumviri Rei Publicae Constituendae Consulari Potestate (en Español: Triunvirato para la Constitución de la República con Poder Consular; abreviado en Latín como: III VIR RPC). El poder con el que contaban los Triunviros era muy superior al que poseían todos los demás hombres de estado juntos, dándoles una increíble libertad de acción y decisión en la política Romana. Su poder era prácticamente ilimitado, siendo el margen de cinco años el único freno o "control" a su mando, aunque de todas maneras, este podía ser renovado (como así fue en su momento). Si bien los integrantes del Triunvirato poseían un poder superior al consulado, como su mismo nombre indica, éstos también serían designados como Cónsules, lo que no deja de ser algo irónico.
Después de la muerte del autócrata, Julio César, Marco Antonio expulsó a sus asesinos Casio y Bruto a Grecia y se hizo con el poder. Sin embargo no contaba que César nombraría como sucesor suyo a su sobrino Octaviano. Éste regresó a Roma en mayo del 44 a. C. a hacer valer su título de sucesor, pero Marco Antonio lo ignoró.
El Senado romano, que odiaba a Marco Antonio, reconoció el mando supremo que Octaviano reclamaba y le encargó la tarea de derrotarlo. Sin embargo, el sobrino-nieto de César no era tonto, él sabía que el Senado sólo deseaba usarlo para acabar con Marco Antonio y luego le despreciaría también, por lo que en secreto se reunió con Marco Antonio en una isla cerca de Bolonia. Los dos acordaron que junto con Marco Emilio Lépido, se enfrentarían al partido senatorial y le impondrían sus decisiones.
Los tres comandantes regresaron triunfantes a Roma donde revelaron una cláusula secreta de su pacto: los principales miembros del partido conservador, los Optimates debían morir. Una lista de 300 senadores y 2000 caballeros condenados a muerte fue publicada, y el primero de la lista no era otro que el famoso orador Marco Tulio Cicerón. Los bienes de los proscritos fueron repartidos entre los ejecutores y el bando republicano sufrió un terrible golpe, más aún poseía un ejército poderoso en Grecia, bajo las órdenes de los asesinos de César (Marco Junio Bruto y Cayo Casio Longino).
Marco Antonio y Octaviano partieron a Macedonia a vengar la muerte de César, y derrotaron a Casio y Bruto en la Batalla de Filipos en el 42 a. C. A continuación los triunviros se repartieron Roma. Marco Antonio, el hasta el momento indiscutible líder, se apoderó de las ricas provincias del Oriente, mientras que a Octaviano le tocó la endeudada Italia y las provincias de Occidente, a Lépido lo marginaron y le entregaron las menos valiosas provincias africanas.
Mientras que Octaviano se enfrentaba continuamente en Roma a disturbios y a reclamos de todos los sectores del país, Marco Antonio vivía una vida lujosa y despreocupada en el rico Egipto junto a la reina Cleopatra.
Octaviano, consciente de que Marco Antonio aún era poderoso en Roma, intentó por todos los medios mantener buenas relaciones con él, incluso llegó a perdonar a su hermano Lucio Antonio, que había intentado sublevar el país, y le entregó a su hermana Octavia como esposa. Con inteligencia, Octaviano logró derrotar uno por uno a todos sus enemigos políticos, y logró tranquilizar tanto al pueblo como a la burguesía. Además con la ayuda de su amigo Agripa, logró derrotar a Sexto Pompeyo que dificultaba la entrega de cereales a Roma, lo que originó una opinión pública favorable hacia él. En el año 36 a. C. Octaviano le quitó las provincias africanas a Lépido y lo apartó de la vida política. Finalmente Octaviano había asegurado su posición como señor de occidente y empezó a preparar el panorama político y militar para su inminente ruptura con Marco Antonio.
Marco Antonio facilitó las cosas a Octaviano, no sólo empezó a sufrir derrotas en las batallas, sino que repudió a Octavia para casarse con Cleopatra. Octaviano era un maestro de la propaganda y volcó la opinión en Roma completamente en contra de Marco Antonio cuando reveló que éste pensaba donar provincias romanas a la reina de Egipto y a sus hijos.
En el 31 a. C. el Senado romano, controlado por Octaviano, declaró que Marco Antonio era inútil para el triunvirato y declaró la guerra a Cleopatra.
En la Batalla de Accio (31 a. C.) los dos bandos se enfrentaron, Marco Antonio y Cleopatra fueron derrotados y se suicidaron poco tiempo después. De esta manera Octaviano pasó a llamarse Augusto y se convirtió en el primer emperador romano.




Bárbara, Diana y Elena

LA EXPANSIÓN ROMANA EN EL MEDITERRÁNEO (mediados del siglo III a mediados del siglo II a.c.)




LAS GUERRAS PÚNICAS (264-146 a.C.)

Las Guerras Púnicas fueron una serie de tres guerras que enfrentaron entre los años 264 a. C. y 146 a. C. a las dos principales potencias del Mediterráneo de la época: Roma y Cartago.
Durante el siguiente periodo de la historia de la República, Roma, que centraba su poder en la península Itálica, mantuvo tres guerras con la mayor potencia marítima de la época: Cartago. Roma venció en los tres enfrentamientos, conquistó las islas de Sicilia, Cerdeña y Córcega, y hasta destruyó la propia ciudad de Cartago. Obtuvo así el control del mar Mediterráneo.

PRIMERA GUERRA PÚNICA (264-241 a.C.)

La Primera Guerra Púnica (264- 241 a. C.) fue el primero de tres grandes conflictos bélicos entre las dos potencias predominantes del Mediterráneo Occidental, la República romana y la República cartaginesa. Durante 23 años, las dos potencias lucharon por la supremacía en la zona.Cartago, ubicada en lo que hoy es el norte de Túnez, en África, era el poder dominante en el mediterráneo occidental al comienzo de estos conflictos. Sin embargo, Cartago saldría finalmente derrotada de la guerra, habiendo de ceder Sicilia a los romanos y debiendo soportar unas duras condiciones financieras en el tratado de paz. El conjunto de guerras entre Roma y Cartago se conocieron como "Guerras Púnicas".

SEGUNDA GUERRA PÚNICA (218-201 a.C.)

La Segunda Guerra Púnica es el más conocido de los enfrentamientos bélicos acaecidos en el marco de las Guerras Púnicas entre las dos potencias que entonces dominaban el Mediterráneo occidental: Roma y Cartago. La contienda se suele datar desde el año 218 a. C., fecha de la declaración de guerra de Roma tras la destrucción de Sagunto, hasta el 201 a. C. en el que Aníbal y Escipión acordaron las condiciones de la rendición de Cartago.





Javier y Miguel



jueves, 21 de enero de 2010

LOS PRIMEROS SIGLOS DE LA REPÚBLICA ROMANA

Tras la expulsión de los reyes, se estableció en Roma una forma de gobierno republicana, de tipo oligárquico, sustentada por los patricios, descendiente de familias nobles romanas, cuyo poder se basaba en la propiedad de la tierra.




1. Conquista de la península Itálica

Recién proclamada la república, los romanos tuvieron que hacer frente a los etruscos, que intentaron instaurar la monarquía sin éxito. En la primera mitad del s. IV se caracteriza por las luchas contra tres oleadas de invasiones de galos, que en el 390 llegaron a ocupar y saquear Roma. Roma consolida su hegemonía sobre el Lacio y con la toma de Veyes, ciudad etrusca, se libra temporalmente de la amenaza etrusca.

Entre 343 y 290, Roma se enfrentará al belicoso pueblo de los samnitas. Después de éstas tres guerras, Roma vence a los samnitas y también a los galos y etruscos que se habían aliado con éstos y se anexiona la Campania.

La conquista de la Magna Grecia 280 a 272. Muchas colonias griegas del sur de Italia ya se habían aliado con Roma, de manera que Tarento solicitó ayuda de Pirro, rey del Epiro, quien fue finalmente derrotado por los romanos en Benevento. Tarento es tomada en el 272. Dos años después los romanos completan la conquista del sur de Italia con la toma de Regio, en la punta de la península.






2. Conflicto entre Patricios y Plebeyos (494-287 a.C.)

El conflicto patricio plebeyo marca un hito importante en la Historia de la República romana al conseguir la plebe el reconocimiento a su peso importante dentro de los condicionantes preimperiales que se estaban produciendo. En resumen, es una sucesión de conflictos entre patricios y plebeyos que dio lugar a profundos cambios políticos e institucionales en Roma.

Patriciado: familias que a lo largo de la etapa monárquica habían monopolizado el poder en Roma. Participaban en el Senado, poseían la mayor parte de las tierras, dominaban en el ejército y controlaban las asambleas centuriadas. Con el paso de la monarquía a la república, su preponderancia se hizo mayor.


Plebe: resto de la población no patricia. Grupo heterogéneo desde el punto de vista económico, ya que englobaba desde gente muy pobre a individuos ricos. El enfrentamiento de los plebeyos con el patriciado romano hizo que estos se configuraran como un estamento social y un grupo político reivindicativo desde el siglo V a.C.




Código de las XII Tablas (451-449 a.C.)

La elaboración de un código legislativo escrito era una de las reivindicaciones de los plebeyos por lo que en el año 451 un colegio de diez patricios ("decemviri") asumió el gobierno de Roma con la misión de recopilar el derecho romano por escrito en el plazo de un año. Para ello se envió una comisión a Grecia.
El código legislativo romano quedó plasmado en doce tablas en el año 450. Una vez realizado su cometido los decemviri no abandonaron el poder hasta que finalmente en el 449 fueron depuestos y se restituyó la magistratura consular.
Sólo una ley de este código aludía al conflicto de patricios y plebeyos: aquella que prohibía los matrimonios mixtos.


Etapa final de lucha: Lex Hortensia (287 a.C.)

Tras la apertura del consulado de los plebeyos en el año 367, todas las demás magistraturas incluidas la pretura urbana y los sacerdocios romanos fueron haciéndose accesibles a los plebeyos. -La lucha por la paridad política entre patricios y plebeyos fue dirigida por una minoría de plebeyos ricos aliados con el sector mÁs progresista del patriciado. Al equipararse en derechos, patricios y plebeyos dejaron de tener sentido las magistraturas y asambleas plebeyas, pero estas subsisten adaptándose a la nueva situación política:

Tribunado de la plebe: se convirtió en una magistratura que pretendía defender a cualquier ciudadano ante el poder del estado

Edilidad de la plebe: se fusionó con la edilidad curil.

Concilia plebis
: se convirtieron en comitia tributa, asambleas generales todos los ciudadanos romanos ordenados según su domicilio.






Laura, Patricia y Carmen.